viernes, 17 de agosto de 2012

EXPLOTACION DE INTENSIVA

LAS OVEJAS: MÁS QUE LANA

De las ovejas ha vivido media humanidad, pues sólo bastan las referencias de los pueblos antiguos que eran pastores y tenían en estas su sustento y negocio diario.

De las ovejas ha vivido media humanidad, pues sólo bastan las referencias de los pueblos antiguos que eran pastores y tenían en estas su sustento y negocio diario.
Se ha aprovechado su cuero y su lana para confeccionar prendas de vestir o alfombras, su carne, tanto de los adultos como de las crías, para comer, y su leche para el consumo y la producción de queso.
A pesar de lo anterior, hoy las ovejas son otro negocio para explotar en las fincas, la inversión es baja, su manejo es sencillo, aprovechan muy bien todo tipo de pastos y se pueden criar desde el nivel del mar hasta las zonas paramunas.
"Con una población promedio de 800.000 ovejas, el país tiene en la carne de cordero (así se llaman las crías de hasta seis meses de edad) un mercado para conquistar, pues todo lo que producimos es muy apetecido", afirma el veterinario Edgar Duarte, director de la Granja San Jorge del ICA, especializada en la producción ovina.
Para iniciarse.
La inversión para comenzar en este renglón de la actividad pecuaria es de unos tres millones de pesos, representada en la compra de un carnero (así se llama al macho de la oveja) y diez hembras, preferiblemente de razas puras.
A pesar de ser pocos animales, no se excluye que deban criarse técnicamente, para lo cual es necesario construir instalaciones como apriscos, corrales, saladeros, enfermería dotada con botiquín, bañaderos, comederos, bebederos y lavapatas para las diferentes labores de higiene y comodidad de los animales.
La alimentación de las ovejas se basa en pastos según el clima, sal mineralizada y agua a voluntad. En su aspecto sanitario, padecen frecuentemente de parásitos internos y externos, enfermedades infecciosas y las ocasionadas por deficiencias de minerales de los pastos.
Tipos de explotación.
De acuerdo con la disponibilidad que tenga en la finca, puede tener alguno de los cinco tipos de explotaciones ovinas: cría intensiva, extensiva, producción de animales de razas puras, de corderos para el mercado o para consumo familiar.
La cría intensiva consiste en tener rebaños de 30 a 50 ovejas para que consuman pastos y malezas y obtener el estiércol para mejorar la fertilidad de los suelos, mientras que la extensiva en pastoreo es ideal para fincas con grandes extensiones donde los animales permanecen todo el año.
Para producir animales de razas puras se requiere asesoría técnica para manejar programas de monta o inseminación, con el fin de mejorar las razas y vender pie de cría de calidad.
La producción de corderos para el mercado o para consumo familiar se puede hacer en corrales de confinamiento o en pastoreo donde se engordan hasta que logren el peso ideal para comercializarlos.
Escoja la raza.
Antes de comprar los primeros animales hay que definir con exactitud el propósito de la explotación, bien sea la producción de carne, lana, leche o pieles, para así escoger las razas, pues al igual que en el ganado bovino, las hay especializadas.
Las más utilizadas en Colombia son la Criolla (nativa) y sus cruces con animales puros de las razas Romney Marsh, Hampshire y Suffolk, para la producción de carne; para lana fina se utilizan ejemplares de la raza Merino y la Moro Colombiana, esta última desarrollada en la Granja San Jorge del ICA.
Para las zonas cálidas y desérticas hay razas de ovejas para la producción de carne. La más popular es la Africana, conocida también como Camuro, animal que carece de lana y en su lugar tiene pelo.
La carne es el negocio.
La demanda de leche, lana y pieles es incipiente y sólo tienen como compradores a los artesanos y algunas famiempresas. Queda entonces en el negocio de la carne la oportunidad para satisfacer un mercado de amplia demanda.
Con la mínima unidad de producción descrita (un macho y diez hembras) las hembras ofrecen un cordero por año, aunque son frecuentes los partos de dos y hasta tres animales en un periodo de preñéz que dura cinco meses.
Una vez nacidos, a los corderos se les debe curar el ombligo, es decir, cortar el sobrante del cordón umbilical, marcarlos con placas en las orejas para llevar registros y castrarlos, pues el negocio es engordarlos para que sean consumidos como carne.
Luego, a los tres meses de edad, los corderos se destetan aunque siguen en la manada, pues son animales gregarios por instinto congénito; posteriormente, cumplidos los seis meses, ya están listos para la venta, no sin antes verificar un peso de hasta 40 kilos por animal. 


 
 
 

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